10 de diciembre del 2019
En esta entrevista, Rafael Merino, director de proyectos de la Fundación, nos habla de cómo la inteligencia artificial, los algoritmos y, en definitiva, todo lo que conlleva la revolución digital está influyendo en nuestras vidas. Por ello, dice, «es imprescindible que nos paremos a pensar especialmente cómo está afectando a los colectivos más desfavorecidos».
Esta velocidad a la que están sucediéndose los cambios puede tener impactos negativos, especialmente, cuando está demostrado que «los algoritmos pueden tener sesgos discriminatorios y generar una visión encapsulada de la realdad», dice.
Además, en el ámbito de los derechos humanos representan serios retos, como la manipulación política, la propagación de los discursos del odio, los riesgos que supone delegar en algoritmos la toma de decisiones, el impacto de la automatización en el trabajo, el control y la vigilancia de los datos, la “pobreza digital” y cómo manejar lo que llama “datacentrismo” al que nos dirigimos para que no aumente aún más las desigualdades sociales.
También nos cuenta las diferentes iniciativas a nivel global que se han puesto en marcha por estados y empresas para dibujar las fronteras éticas y prácticas de las nuevas tecnologías, así como nos da una serie de orientaciones para tratar de conseguir poner la razón moral por encima de la técnica, con el propósito de «garantizar el respeto de los derechos humanos, la no discriminación y la accesibilidad para todos», comenta.