Guía de Violencia de Género por medios digitales en la adolescencia: una herramienta de gran utilidad para los profesionales que trabajan con población joven

Escrito por Irene Hernández | Graduada en Derecho y antigua alumna en prácticas de la Fundación Fernando Pombo

Los medios digitales, internet y las redes sociales han transformado nuestra realidad y las formas de interacción humana hasta el punto de que la popularización de una nueva red social genera impactos sociales, económicos y culturales. Estos medios se han consagrado como herramientas fundamentales para el contacto entre las personas, especialmente entre los jóvenes, no obstante, también han conllevado la aparición de nuevos riesgos.

Las nuevas tecnologías han creado una nueva pauta para relacionarse en la juventud debido a que los estudiantes actuales son la primera generación que ha incorporado esta forma de comunicarse, disfrutar y crear vínculos desde su infancia. Han crecido en un entorno en el que la interacción digital es constante y les permite interaccionar y publicar de forma instantánea. Debido a esta inmediatez y a la facilidad de actuar bajo el anonimato, los medios digitales también han supuesto el desarrollo de un ámbito propicio para ejercer violencia en forma de ciberacoso, por ejemplo.

En este escenario, las diferentes formas de violencia de género se han trasladado a las redes sociales. La violencia de género que se produce en la red no está desvinculada de la que se produce offline, sino que es un reflejo de la desigualdad preexistente. Las redes sociales facilitan la amplitud de estas violencias.

Por ello, al abordar esta problemática partimos de un análisis de la discriminación que sufren las mujeres, sabiendo que las redes sociales por sí mismas no generan estas dinámicas, sino que son una nueva dimensión en la que la desigualdad y discriminación de género se han proyectado, generando nuevas formas de violencia pero que emanan de la misma raíz.

En los últimos años se ha agudizado la violencia sufrida por mujeres y niñas en espacios digitales, que afecta especialmente a las adolescentes. Esto se debe a dos razones fundamentalmente: el uso masivo de las tecnologías por parte de la juventud como población usuaria por excelencia de estos medios y el hecho de que los menores constituyen uno de los grupos de población con más riesgo de sufrir algún tipo de violencia.

Ciberacoso, grooming, sextorsión, usurpación de la identidad, usurpación de claves, revenge porn, son algunos de los ciberdelitos más frecuentes de los que las las mujeres jóvenes son víctimas.

Los estudios recientes nos indican que la juventud tiene una percepción muy baja de las repercusiones de la violencia a través de redes sociales. Las asimilan como molestias anecdóticas o sin ninguna gravedad. Internet y las redes sociales conforman un entorno en el que los jóvenes se sienten cómodos, desarrollan sus relaciones y hobbies o intereses sin las limitaciones que encuentran en otros espacios de la vida real, a veces sin ser conscientes de lo expuestos que están. Las redes sociales se tratan de espacios en los que no están protegidos ni supervisados, realizando prácticas que podríamos entender de riesgo y que ocurren más a menudo de lo deseado, como es compartir imágenes privadas o intercambiar información personal con personas desconocidas. A esto se suma que muchas formas de violencia de género no se perciben como tal, están tan asimiladas que en muchas ocasiones las víctimas no identifican que lo que están sufriendo es un delito. Todo ello nos lleva a concluir que la población nativa digital no tiene conciencia del riesgo del uso de las nuevas tecnologías, y que ello favorece el empleo de los medios digitales como vehículos para ejercer violencia de género.

Por otro lado, el anonimato constituye un elemento que favorece la agresión contra las mujeres —entre otros colectivos vulnerables—, en entornos digitales por parte de personas que no adoptarían estas conductas en la vida real porque no se sentirían impunes. Paralelamente, quienes ya eran agresores en la calle encuentran en las redes un lugar idóneo para reproducir las mismas acciones de violencia que ya venían perpetrando. Ambas violencias pueden producirse simultáneamente, pues es una forma de violencia que puede integrar lo offline y lo online, especialmente cuando es ejercida por una persona conocida, incluso se puede considerar que funcionan como retroalimentación la una de la otra.

Precisamente debido a esta situación, la reforma del Código Penal de 2015 tipificó el delito de acecho u hostigamiento por medios digitales contra una mujer como forma de ejercer violencia contra ella, siendo ello una muestra de actualización de nuestro Derecho punitivo.

A pesar de su previsión en la legislación, esta forma de ejercer violencia se encuentra muy normalizada y uno de los grandes obstáculos para enfrentarla es la dificultad de las víctimas y su entorno de detectar e identificar las señales que nos alertan de que se está sufriendo una violencia tipificada. En este contexto, es imprescindible apoyar a las víctimas y supervivientes de violencia para que sean capaces de proteger su seguridad e integridad digital y utilizar la tecnología como un medio de apoyo para salir del círculo de violencia es esencial.

Para atender esta realidad y dotar de recursos tanto a las propias víctimas y sus familias como a los profesionales que trabajan con adolescentes, hemos publicado una guía práctica que recoge los principales ciberdelitos y cómo actuar frente a ellos.

Al redactar la guía Violencia de género por medios digitales en la adolescencia. Dudas legales más frecuentes, hemos puesto el foco en las adolescentes porque es el grupo que vive con mayor vulnerabilidad estas violencias, no obstante, los delitos de ciberacoso y violencia sexual digital, entre otros abordados en la guía, no se producen únicamente entre la población joven. No debemos obviar, que en las relaciones adultas también se reproducen estas dinámicas de discriminación y maltrato, por lo que esta guía también es útil para mujeres adultas que sufren esta violencia especifica.

De esta manera, la finalidad de esta guía, desarrollada pro bono por un equipo de abogados de Gómez-Acebo & Pombo, junto a la Fundación Fernando Pombo y la Fundación Luz Casanova es resultar un material útil para las adolescentes y cualquier mujer que esté sufriendo violencia de género por medios digitales, así como para el conocimiento general de los jóvenes en cuanto a los riesgos del uso de las nuevas tecnologías.

Se trata de un tema complejo sobre el que existe mucho desconocimiento, por lo que es una herramienta útil también para padres y madres, profesorado, abogacía, profesionales se los servicios públicos, y en general, cualquier profesión que trabaje con adolescentes.

Estar informado te hace capaz de detectar las señales de que tu amiga, o tu alumna, o tu paciente, o tu hija está sufriendo violencia de género online, podrás entenderla y saber cómo ayudarla.

De esta forma creamos redes de protección y cuidados. La erradicación de estas formas de violencia es responsabilidad de todos.